El amor es el ingrediente principal hacia la transformación y no hablo
solamente del amor de pareja o hacia los otros, sino principalmente el
amor hacia uno mismo. Pero entonces ¿qué es ese uno mismo?
Puedo empezar por decir lo que no es y no es el ego, ni las máscaras,
ni las imágenes que ponemos frente al mundo. El/La Un@ Mism@ es el Alma.
Es aquello más puro y esencial de nosotros. ¿Pero cómo puede haber
transformación, si el Alma en sí misma es inmutable? Ah, es que hablamos
de transmutación y ésta implica evolución, no es solamente un cambio.
Existen las diosas de la transformación como: Kali, Pele, Kirke, Sekmeth. Pero son transformaciones súbitas,
parecidas a la muerte. El amor como agente de transformación es una
metamorfosis, una transmutación. No sólo es necesario el cambio, sino que con profundo amor y
respeto a lo que somos ahora, con aceptación, buscamos la evolución a
todos los niveles para ser más felices. Hay mucha gente que gusta de
estar y punto, no cree poder ser feliz, mucho menos más feliz, y tampoco
tiene ganas de evolucionar, porque no sabe lo que implica. Este post va
para aquellos o aquellas que
buscan encontrarse en el mundo subterráneo y gozar del brillo de la luz
de sí mismos.
El
mayor ejemplo de transmutación es María Magdalena. María Magdalena era
tanto la mujer de quien Jesucristo sacó siete demonios yamor hacia uno mismo. Pero entonces ¿qué es ese uno mismo?
Puedo empezar por decir lo que no es y no es el ego, ni las máscaras,
ni las imágenes que ponemos frente al mundo. El/La Un@ Mism@ es el Alma.
Es aquello más puro y esencial de nosotros. ¿Pero cómo puede haber
transformación, si el Alma en sí misma es inmutable? Ah, es que hablamos
de transmutación y ésta implica evolución, no es solamente un cambio.
Existen las diosas de la transformación como: Kali, Pele, Kirke, Sekmeth. Pero son transformaciones súbitas,
parecidas a la muerte. El amor como agente de transformación es una
metamorfosis, una transmutación. No sólo es necesario el cambio, sino que con profundo amor y
respeto a lo que somos ahora, con aceptación, buscamos la evolución a
todos los niveles para ser más felices. Hay mucha gente que gusta de
estar y punto, no cree poder ser feliz, mucho menos más feliz, y tampoco
tiene ganas de evolucionar, porque no sabe lo que implica. Este post va
para aquellos o aquellas que
buscan encontrarse en el mundo subterráneo y gozar del brillo de la luz
de sí mismos.
también la "pecadora" que enjugó los pies de Jesús con sus lágrimas.
Ella es el elemento sexual erótico erradicado de la conciencia de la
Mujer, de la Virgen Madre, en la cosmovisión cristiana. No hablo ya de
la persona quien fuera en su momento María Magdalena, sino del arquetipo
de la gnosis, del conocimiento que nos aproxima a lo divino a través de
otra fasceta del amor. Ella es el arquetipo que se relaciona más con
las diosas Innana e Ishtar, quienes atravesaron los siete portales del
infierno (mundo de los muertos) de entrada y salida. Por lo tanto
también tiene una relación con Proserpina (romana) o Perséfone (griega),
es decir, ella nos conduce de entrada y salida hacia el mundo
subterráneo, donde encontramos tesoros, seducciones, pruebas, misterios,
aprendizajes y algunas veces amenazas.
María Magdalena y la Virgen María son una sola imagen divida en dos facetas. María Magdalena es la mujer
sacerdotisa y amante, no de Jesús, que eso es burdo y materialista, sino
el Arquetipo dentro de la psique humana. La idea de la mujer
sacerdotisa y amante como prostituta tiene poco más de dos mil
doscientos años y señala la sombra de lo natural. Fue negada en la
cultura a la vez que lo natural fue tachado de demoníaco y el elemento
sexual-creativo, de pecado y por lo tanto reprimido. En Alquimia el
elemento natural instintivo es la materia prima, el metal burdo que es
transformado en oro, en algo superior.
Gracias a la entrada del cristianismo en la cultura, pero no solamente los cristianos, sino en general con el
patriarcado, las mujeres asimilaron su comportamiento al de la Virgen
María (o una imagen similar) y los hombres su mujer interna o ánima. Por
lo tanto queda reprimida la imagen de la sacerdotisa, la mujer que
utiliza su sexualidad como medio para conocer lo divino, y permanece a
la vista sólo su lado oscuro, se le denomina ramera. Pero el arquetipo
de la prostituta poco tiene que ver con la Diosa de la Transmutación. La
prostituta como arquetipo se presenta tanto en hombres como en mujeres y
es aquella que vende su dignidad a cambio de algo sin valor, aunque
aparentemente ventajoso. Es la negación de todo su poder creativo,
cocreador del mundo a lado de la Diosa, a favor de la seducción burda de
la materia.
María (o una imagen similar) y los hombres su mujer interna o ánima. Por
lo tanto queda reprimida la imagen de la sacerdotisa, la mujer que
utiliza su sexualidad como medio para conocer lo divino, y permanece a
la vista sólo su lado oscuro, se le denomina ramera. Pero el arquetipo
de la prostituta poco tiene que ver con la Diosa de la Transmutación. La
prostituta como arquetipo se presenta tanto en hombres como en mujeres y
es aquella que vende su dignidad a cambio de algo sin valor, aunque
aparentemente ventajoso. Es la negación de todo su poder creativo,
cocreador del mundo a lado de la Diosa, a favor de la seducción burda de
la materia.
La sexualidad es la energía creadora, la que permite que se manifiesten las ideas y los deseos en el mundo de Maya o la ilusión y existen
algunas técnicas yóguicas para usar este poder. La sexualidad es la que
permite que se viavilice el deseo de unión entre dos seres, un deseo de
unión que ha perdido su más profundo valor espiritual en la Cultura
Humana y por ello es tan mal utilizado o reprimido. María Magdalena nos
indica el camino de regreso al Uno Mismo (o al Sí Mismo desde la
perspectiva de la psicología profunda) a través de la sexualidad. Ella
es la sacerdotisa que nos indica el camino hacia los oscuros recodos del
mundo interno, del inconsciente, para que podamos vencer a los siete
demonios, a las ocho oscuridades del corazón y transformarnos en seres
superiores.
María Magdalena es el receptáculo de lo divino, nos inicia en el camino del aprendizaje intensivo hacia lo
divino, a través de una apasionada devoción, parecida al amor sexual. Es
la transformación de la experiencia física en espiritual. Y que quede
claro que quienes aspiran a lo divino son espirituales y buenos,
independientemente de las caídas en el camino o del camino mismo...
Fuentes: Shakrukh Husain, "La Diosa"
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Respuestas a esta discusión
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Sublimeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee... como es tu costumbre
Cda una de nosotras lleva adentro la "Magdalena"... el receptaculo de la alquimia divina... la que toma la energia masculina y la concierte en Vida.... la trasmuta... la forma....El Caliz del Universo...elmolde alquimico del Amor Manifestado...
nos conecta con el arquetipo del Sagrado femenino desde la contencion y la creacion... la Trasmutasion de la energia con la Intencion del Amor... la Calificacion de la fuerza magnetica masculina...
es la Energia que puesta en marcha nos permite Parir la Nueva Humanidad como Co-creadores Universales que somos por Linaje Real!!!!!
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