jueves, 6 de septiembre de 2012

La primera tarea no consiste en crear... sino en dejarse llevar - Clarissa Pinkola



Al principio, mientras uno conserva la inocencia respecto de las verdades de la vida creativa, puede creer que, al dedicarse a ella, la existencia será color de rosa. Sin embargo, todo artista que tenga su fervor brillante e intacto sufre una ruptura. Suele ser un quiebre difícil y paradójico, pues le muestra la realidad desnuda de la vida creativa y, al mismo tiempo, le otorga una fortaleza muy grande, cuyos beneficios descubrirá más tarde.
En el mito griego, dicha ruptura se expresa en las siguientes imágenes y metáforas. Perséfone está jugando en el prado de flores cuando, de repente, el sol se oscurece y la tierra comienza a vibrar. Se abre una grieta en zigzag y del mundo de los muertos (es decir, de las entrañas de la tierra) surge el gran Dios de la oscuridad, Hades.
Perséfone, con sus sandalias desatadas y las cintas al viento, es tomada por la cintura y raptada. Con ella en su carro negro, tirado por cuatro corceles negros que lanzan fuego por los ollares, Hades se hunde cada vez más en las profundidades. La tierra se cierra sobre ellos sin dejar una sola huella, como si nada hubiera pasado.
Para aquellos que se abran camino hasta el hogar de la psique en el inconsciente, esta constituye la primera entrega, la rasgadura del ego que permite la revelación del deseo más profundo del alma. ¿Acaso piensas que sólo debes crear cosas lindas, buenas y dulces? ¿Lechuzas sin garras, leones sin colmillos, mujeres y hombres sin aspectos oscuros? ¿Eliminar la ferocidad? ¿Crear estabilidad sin cavar pilares profundos? Si es así, un dios oscuro acechará para raptarte.
Si dejas que la fuerza creativa te lleve a las tierras desconocidas, descubrirás que el verdadero estado de creación es un estado místico que te transporta adonde él quiere y, lo que es mejor, engendra en ti pensamientos que no sueles tener.
Los novelistas, por ejemplo, generalmente lo explican así: ¨Algo se apodera de mí, algo que soy yo y que no soy yo¨. ¨Ser llevado¨ a algún sitio valioso es el deseo de todo artista sensible y también lo que más teme. ¨Ser llevado¨ es el premio que recibes por haber tenido la valentía de salirte del camino e introducirte en la oscuridad del bosque.
Clarissa Pinkola Estés

Respuestas a esta discusión

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Conduciéndome hacia ese lugar interior en el cual estoy conectada con la Fuente, para encontrar las respuestas que necesito conocer. ......Dejándome llevar para recordar el camino que me lleva de regreso hacia el Amor y la sabiduría de la Diosa.....
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