jueves, 24 de mayo de 2018

La Menopausia y el Dar


Una de las muchas lecciones preciosas que la menopausia otorga a una mujer es el arte sagrado de aprender a poner sus propias necesidades primero. Esto puede ser una parte desafiante de esta poderosa transición, una tarea ardua que requiere mucha reflexión interna, profunda búsqueda del alma y un implacable dejar ir. A menudo se siente tan agotada cuando llega a la menopausia que no puede abrazar sus muchas bendiciones.
Su sabia maestra de sanación interna le está diciendo con entusiasmo: «¡No puedes continuar!». Ella está llamando, implorando, suplicando: «No puedes seguir viviendo como has sido y como eres ahora. ¡Debes cambiar! ¡Y debes cambiar desde lo más profundo, desde adentro hacia afuera, desde la misma fuente de tu ser!»
Cuando una mujer está agotada por muchos años de estrés, simplemente no puede continuar inmersa en una vida que no alimenta a su cuerpo en el dulce arte de nutrir su espíritu femenino.
Durante sus años de maternidad, su propósito es ganar experiencia cuidando a los demás. Durante sus años de menopausia, se le pide que ingrese en un estado de ser más  y hacer menos. Ella está aprendiendo a incorporar la presencia del ser en todo lo que hace para que el ser y el hacer se vuelvan uno.

Roslyne Sophia Breillat
Fragmento tomado del artículo «Gentle Healing for the Exhausted Woman», publicado en la página http://www.susunweed.com
Traducción: Germana Martin

lunes, 21 de mayo de 2018

Oración para Madres e Hijas






Que todas y cada una de nosotras estemos dispuestas a apoyarnos mutuamente mientras damos a luz mejores vidas posibles. Que aprendamos a honrarnos y respetarnos sin que haga falta un sacrificio indebido. Que estemos dispuestas a perdonarnos mutuamente el sufrimiento y las heridas que nos causamos sin saberlo y sin querer. Que nos respetemos como poderosas maestras. Que sepamos que nuestra sabiduría Madre Osa vive en todas las células de nuestro cuerpo y siempre está disponible. aun cuando no esté nuestra madre. Que sepamos que podemos llamar a nuestras abuelas para pedirles orientación siempre que la necesitemos. Y, finalmente, que las relaciones madre-hija del futuro sean tan firmes y sustentadoras que cuando una mujer diga: «Me estoy volviendo como mi madre», lo diga sonriendo con orgullo. Y que sus amistades y familiares proclamen: «¡Bien hecho!».
Christiane Northrup
Madres e Hijas
Arte: Tamara Adams

jueves, 17 de mayo de 2018

Tejiendo el universo

Llegué con el alma llena de viento y tormentas en el corazón. Ella estaba sentada en una mecedora, tejiendo. Se mecía como se mecen las olas, al compás del latido de la tierra. Sin decir nada, la besé en la mejilla, la acaricié el pelo unos instantes y me senté en silencio junto a ella. Después de un rato, quién sabe cuánto, quizás un minuto, quizás un siglo, apartó sus ojos de la costura y me dijo, con voz de brisa de estrellas:

- ¿Sabes? Me encanta tejer porque cosiendo siento que voy remendando el vacío del mundo, dentro y fuera de mí. Mis manos olvidan tener que recordarse cómo tejer porque se convierten en parte de la misma fuerza que todo lo mueve...
Los nudos no son obstáculos; son parte del hilo y el hilo mismo.
Convierte esos nudos en Arte y tejerás el Universo.
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Ada Luz Márquez 🔥💫

miércoles, 9 de mayo de 2018

Decubrir-se

En el escuela no me hablaron
de la luna y sus fases,
de la tierra y sus ciclos,
no me hablaron de la muerte
como nacimiento,
no me hablaron de la sexualidad
como sagrada,
no me hablaron del cuerpo
como templo emocional.

Me hablaron de adaptarme,
de encajar,
me hablaron de sentarme
siempre en el mismo banco
y ver repetidamente un solo
ángulo de las cosas.

Me calificaron con números,
me hicieron sentir a veces más
pero casi siempre menos que otro.

A veces merecía,
otras veces no.

Me dijeron que era distraída
rebelde irrespetuosa
me dijeron que me calle
que estudie hasta lo que no me guste
y que saque una hoja
como amenaza.

Me quisieron dar miedo
me quisieron sumisa
me quisieron  sistémica
me quisieron sin chistar
me quisieron obediente
me quisieron prolija.

Pero nunca nadie quiso
que me descubriera.

Nadie me esperó
nadie me preguntó
nadie se detuvo a mirarme.

¿Cuando va a existir una escuela
que nos mire
a cada uno
detenida
mente?

¿Cuando vamos a dejar
de querer ser
todos iguales?

Hasta acá llegamos
con este método.

Somos lobos bautizados perros.

Quiero aullar a la luna
sin que me digan loca,
quiero vivir a mi ritmo
sin programarme metas.

Quiero sentir sin miedo.

Te regalo mi estructura,
te regalo mi productividad.

A mi dejame
libre,
creativa,
y aunque no te guste,
y aunque te incomode,
dejame también
salvaje.

-Neptuno

martes, 8 de mayo de 2018

Respetar el ritmo de nuestro cuerpo

Respetar el ritmo de nuestro cuerpo-corazón-deseo, escuchar las ganas profundas, el sonido interior, la voz que nos indica desde lo hondo cuándo es bueno avanzar y hacer o detenernos y simplemente estar, el pulsar de nuestro ciclo sagrado: es TODO lo que importa.
De allí, de ese tiempo-no-tiempo, de esa espiral infinita que nos abraza, es que brotará nuestra creatividad.
De nada sirve luchar contra la corriente de nuestras mareas más profundas. Si nos dejamos llevar, suspendidas, livianas, sin temor ni presión, podremos abrimos el entusiasmo irrefrenable que se despertará intacto a la voraz decisión de gestar, de parir, de soltar...

¡Les dejo un abrazo inmenso! Acunadas, respirando juntas!
Germana <3

Arte: Anka Zhuravleva

*Un día Mujer, vas a parirte a ti misma*

 hoy éste escrito me tocó el alma
Escrito por Elena Plaes.

Si consigues mirarte a los ojos en tu propio reflejo para después cerrarlos y comenzar a bailar con tu sombra, rebuscar en tu historia y resistir firme, vas a parirte a ti misma.

*Un día, vas a parirte a ti misma.*

De repente algo te atravesará hasta estremecerte y erizará tu piel hasta que duela, y a partir de entonces, ya no podrás mirar hacia otro lado.

*Demasiado tiempo dormida, demasiado tiempo perdida, demasiado tiempo sola.*

Un día vas a ponerte de parto y un parto Mujer, es imparable.

Un parto es como estar en medio de una poderosa tormenta eléctrica, majestuosa, amenazante, oscura… Y a la vez llena de luz cegadora, de energía concentrada en un sólo momento y en un sólo lugar.
Vas a notar que tus sentidos se agudizan y una maldita necesidad de sacudirte. No vas a poder dejar de moverte, de mover tus caderas, estirar tu columna, sacudirte y retorcerte, llorar y reír a la vez, gritar, cantar… En un parto todo vale, todo lo que tú necesites vale: ¡Qué no te acallen, qué no te detengan!

Somos manada y en el viaje encontrarás a más, algunas perdidas, otras de parto a las que tal vez en ese momento no comprendas, y algunas recién paridas, con esa luz, con ese poder…
*Somos manada y aprenderemos a cuidarnos, alimentarnos y darnos calor las unas a las otras.*

*En algún momento de la Vida deberás elegir entre la amargura y el amor hacia ti misma y justo ahí empezarás a gestarte.* Buscarás y buscarás , probarás cosas que jamás te atreviste a probar, cada célula de ti se transformará mientras tejas consciente la vivencia de tu propia gestación. Olfatearás, agudizarás tu instinto, sentirás más intensamente y tu sentido del gusto cambiará por completo.

Posarás las manos en tu Útero, olvidado, pervertido con desprecio de siglos y que empezará a latir al compás de la nueva Vida que estarás creando y tu parto será húmedo y cálido, sin más desgarros ni cicatrices porque éste parto es la cura para amarte criatura.

Dadora de Vida es tu Naturaleza. Escucha La Llamada, prepárate, acepta el desafío y Date a Luz. Luego explícalo, compártelo, cuéntalo, escríbelo, cántalo, báilalo, que nos llegue a todas y que todas nos nutramos de ti.

*Un día Mujer, vas a parirte a ti misma*