Respetar el ritmo de nuestro cuerpo-corazón-deseo, escuchar las ganas profundas, el sonido interior, la voz que nos indica desde lo hondo cuándo es bueno avanzar y hacer o detenernos y simplemente estar, el pulsar de nuestro ciclo sagrado: es TODO lo que importa.
De allí, de ese tiempo-no-tiempo, de esa espiral infinita que nos abraza, es que brotará nuestra creatividad.
De nada sirve luchar contra la corriente de nuestras mareas más profundas. Si nos dejamos llevar, suspendidas, livianas, sin temor ni presión, podremos abrimos el entusiasmo irrefrenable que se despertará intacto a la voraz decisión de gestar, de parir, de soltar...
¡Les dejo un abrazo inmenso! Acunadas, respirando juntas!
Germana <3
Arte: Anka Zhuravleva
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