martes, 11 de marzo de 2014

*•.¸FELÌZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER¸.•*





*•.¸Corazón negro (cartas)¸.•*Manifiesto de la Hermandad Global del Despertar de las Mujeres *•.¸Corazón negro (cartas)¸.•*

- Me comprometo a ser honesta y sincera contigo
- Me comprometo a asumir la responsabilidad de mi ser.
- Voy a pedir ayuda cuando la necesite.
- Voy a pedir tiempo a solas cuando lo necesite, y esto no significa nada personal contigo
- No voy a tratar de “componerte”
- Yo te escucharé
- Voy a mantener lo que compartes en forma confidencial y no voy a desparramarlo como chisme.
- No voy a hablar mal de ti a los demás
- Voy a celebrar tu belleza y dones únicos
- No voy a retener mi ser por tratar de “encajar” y te voy a apoyar para que hagas lo mismo

Toma una posición hoy
El camino del despertar de las mujeres es una invitación a aparecer en tu vida como una líder compasiva y poderosa, honrando plenamente tu belleza femenina, tu sabiduría y tu fuerza.
El camino despertar de las mujeres implica tomar partido por una forma nueva y saludable de fortalecerse mutuamente como mujeres, que se basa en la celebración, el empoderamiento y la confianza.
Fuente: Awakening Women.


Y para terminar
Alguien escribió alguna vez las palabras que se expresan màs abajo...
Alguien a quien honro por haberlas dejado como sabia Maestra , para Mi , en el camino
Para que yo las encuentre y las comparta ahora con ustedes
No sè su autora…..Pero es UNA conmigo….
Recuerda Hermana, el anhelo dentro tuyo es de lo real,
Y tu voz y tu acción y tu hacer
 es la voz de la evolución , es el rumor de un nuevo paradigma,
donde la voz femenina calma y sacude  nuestro mundo  equilibrándolo todo…..
Recuerda que siempre te he alentado a ser esa  mujer dedicada a la verdad y a despertar.
Siempre te he alentado a ser la raìz misma de la compasión,
ferozmente leal  al amor, que es la fuente de tod@s nosotr@s.
Aliento a que practiques para tu propia realización del Espíritu,
 así como por la liberación de todos los seres sintientes…..
Porque aquel/aquella  que  sepa  prepararse,  hará  de  su  camino  una  verdadera  huella,
  en  el  que  la  Luz,  el  Amor  y  la  Paz  reinará,  y  engrandecerá  el  Ser. 



“Alguien me dijo que no es casual…que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.

Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.

Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.

Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o para cerrar una noche de cine. Las de “venite el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.

El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada…y sin embargo…detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.

Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar. Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.

Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces…los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir.

Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.

Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.

Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.

Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto, y las que recién se suman al fogón”

 
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