Que
todas y cada una de nosotras estemos dispuestas a apoyarnos
mutuamente mientras damos a luz mejores vidas posibles. Que
aprendamos a honrarnos y respetarnos sin que haga falta un sacrificio
indebido. Que estemos dispuestas a perdonarnos mutuamente el
sufrimiento y las heridas que nos causamos sin saberlo y sin querer.
Que nos respetemos como poderosas maestras. Que sepamos que nuestra
sabiduría Madre Osa vive en todas las células de nuestro cuerpo
y siempre está disponible. aun cuando no esté nuestra madre. Que
sepamos que podemos llamar a nuestras abuelas para pedirles
orientación siempre que la necesitemos. Y, finalmente, que las
relaciones madre-hija del futuro sean tan firmes y sustentadoras que
cuando una mujer diga: «Me estoy volviendo como mi madre», lo diga
sonriendo con orgullo. Y que sus amistades y familiares proclamen:
«¡Bien hecho!».
Christiane
Northrup
Madres e Hijas
Arte: Tamara Adams
Madres e Hijas
Arte: Tamara Adams
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