Las mujeres son las sanadoras del universo y la Tierra, las civilizadoras positivas, inventoras, consoladoras y constructoras de hogares, las guardianas de la paz y el bienestar, y las madres, dispensadoras de cuidados, oyentes y sacerdotisas de la fuerza vital.
Las mujeres contienen los poderes de la vida y la curación en su propio ser de diosa, las mujeres «son» ese poder curador, y tanto ellas como los hombres lo supieron antiguamente en todo el planeta, en los antiguos matriarcados divinos de las primeras civilizaciones, donde las mujeres fueron las inventoras de la cultura, la medicina y el gobierno, fueron las imágenes de la creación llevada a cabo por la divinidad femenina, y vivieron en paz, sana y equilibradamente con la Tierra y sus sociedades. Durante los últimos cinco mil años de la historia humana, sus valores divinos, su enseñanza y su capacidad sanadora han sido reprimidos, negados y se han perdido parcialmente bajo la imposición del poder patriarcal que perjudicó y deshumanizó a mujeres y hombres por igual. La moderna medicina patriarcal, con su fragmentación del cuerpo y del espíritu y sus opresivas «curas», no es una experiencia positiva para la salud y el cuerpo femenino ni para el bienestar de nadie. En cambio, la curación femenina, que hace hincapié en la integridad y la suavidad, en la unidad del cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu, en lo visible, lo invisible y la elección, es una alternativa poderosa y esperanzadora.
Diane Stein
Mujeres que curan
Arte: Gioia Albano
Compartido por
Germana Martín
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